miércoles, 2 de diciembre de 2009
LA INMACULADA CONCEPCIÓN
miércoles, 18 de noviembre de 2009
Cumpleaños del profesor Renan
ANIVERSARIO DE CONSAGRACION DE LA MADRE DIRECTORA
miércoles, 30 de septiembre de 2009
STEFI(AUTOBIOGRAFÍA) XD
Rosas Mary Escudero Sato.
José Elmer Pineda Martinez
Stefany Mayerly Pineda Escudero (mi hermanita)
HOLA……..!!!!!!
Mi nombre es Stefi y tengo 13 años. Nací el 29 de mayo de 1996, mi signo es Géminis y mi correo es dspe_890@hotmail.com
Actualmente estoy estudiando en el colegio “Santa Maria de Cervelló”, cursando el 2 do grado de educación secundaria.
Mis amigas son: Alexandra, Paola, Flavia, Dana, Eishy, Jean Carlos, etc.
Son mis amigos porque son muy divertidos y eso es lo que me gusta de la gente, también porque no son hipócritas ni mentirosos, son sinceros de corazón con todos. Muchos de ellos están en otra sección pero igual siempre nos vemos en el recreo o cuando salimos a pasear.
En este año, mi rendimiento académico ha ido de maravilla, ya que he tenido la oportunidad de quedar en uno de los puesto generales a nivel general, es decir en todo el colegio.
Mis hobbys son:
El tenis, básquet, natación
Lo que no me gusta de la gente: mentirosa, hipócrita, chismosas, las que hablan mal de otros.
miércoles, 19 de agosto de 2009
EL ROSARIO DE LA AURORA
EL MINUTO CON JESÙS
miércoles, 12 de agosto de 2009
PETICIONES A MARÍA
ROGUEMOS A MARÍA
María te pedimos para que ilumines a los alumnos del 2 grado B del colegio Cervelló de inteligencia y sabiduría, para actuar con prudencia y cada dia ser más inteligentes
ROGUEMOS A MARÍA
María te pedimos por todas las madres del mundo, para que nunca abandonen a sus hijos y los llenen de amor y cariño para que les den a sus hijos como tu le diste a JESÚS
ROGUEMOS A MARÍA
CUALIDADES DE LA VIRGEN MARIA =)
lunes, 13 de julio de 2009
EL MISTERIO DE LOS OJOS DE LA VIRGEN DE GUADALUPE
Mas de 20 años después, el 29 de mayo de 1951, el dibujante mexicano José Carlos Salinas Chávez, luego de examinar una buena fotografía de la cara de la imagen, redescubre la imagen de lo que parece ser un busto humano reflejado en el ojo derecho de la Virgen, y luego también en el ojo izquierdo.
Varias otras inspecciones de los ojos han sido realizadas por médicos oftalmólogos luego de las iniciales. Con mayores o menores detalles todas concuerdan en general con las dos primeras aquí expuestas.
jueves, 2 de julio de 2009
PENSAMIENTOS DE GRANDES HOMBRES PARA LA VIRGEN MARÍA =)
REFLEXIÓN: Quiere darnos a entender, que si nosotros rezamos constantemente el rosario, como la virgen no has pedido, tendremos paz en nuestros hogares y corazones, ya que estamos con ella.
"La Virgen María ha sido el medio por el cual se unió la naturaleza divina con la humana... Muy acertadamente se la llama mediadora" (Miguel de Bolonia)
REFLEXIÓN: Nos quiere dar a entender, que mediante la virgen María. La raza humana o naturaleza humana y la naturaleza divina se unieron, dando como consecuencia a Jesús, su hijo, 100% Dios, divino y 100% humano
miércoles, 13 de mayo de 2009
miércoles, 6 de mayo de 2009
LA VIRGEN DE GUADALUPE :)
"Juanito, Juan Dieguito". Este subió a la cumbre del cerro y, cuando llegó, mucho se admiró de una mujer vestida de sol, que lo llamó para que fuera bien cerquita de ella y le descubrió su voluntad.
"Sabe Juan Diego que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive. Mucho quiero que se me construya una casita para mostrar a mi hijo y para darlo a todos los hombres que me invoquen. Porque yo en verdad soy vuestra madre compasiva. Para cumplir mi deseo ve al palacio del Obispo de México y dile cómo yo personalmente, yo que soy la Madre de Dios te envío".
Juan Diego fue directo al palacio del Obispo, Don Fray Juan de Zumárraga, pero aunque éste lo recibió, no creyó en su palabra y le mandó que volviera al día siguiente.
El Domingo, después de oír Misa, fue nuevamente Juan Diego al palacio del Obispo. En este segundo encuentro muchas cosas le preguntó y para estar seguro de que se trataba de la Madre de Dios, le pidió una señal.
Juan Diego le dio la respuesta del Obispo a la Virgen, quien le mandó volver al día siguiente. Pero el lunes ya no pudo regresar, porque encontró en su casa que su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo, para morir. Se quedó todo el día con él y el día martes 12 de Diciembre, cuando todavía era de noche, salió Juan Diego a México a buscar un sacerdote que preparara a su tío para la muerte. Cuando estaba cerca del cerro pensó: "Si voy por el mismo camino la Madre de Dios me detendrá para que lleve su señal. Que primero nos deje nuestro dolor, nuestra aflicción". Y dio la vuelta por el otro lado del cerro. Pero la Virgen María que a todas partes está mirando salió a su encuentro y le dijo: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?"
"Mi niña, mi jovencita, voy a México a buscar un sacerdote para un siervo tuyo, tío mío, que está muy grave. Ten un poquito de paciencia conmigo que luego volveré por la señal", respondió Juan Diego.
"Escucha Juan Diego, ponlo en tu corazón. ¿No estoy aquí yo que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa? Sabe que tu tío ya está bien, ya está curado. Ahora es muy necesario que subas a la cumbre del cerro. Allí encontrarás flores. Córtalas y tráelas a mi presencia.
Juan Diego sabía que no se daban flores en esa época del año, pero subió sin dudar y cuando llegó se encontró en el paraíso. Cortó las flores, las guardó en su manto y bajó al encuentro de la Virgen. Ella las tomó con sus santas manos y le dijo: "Estas flores son la señal que llevarás al señor Obispo. Dile que vea en ellas mi deseo, para que construya mi templo. Y sabe que mucho te voy a glorificar por tu trabajo y por tu cansancio. Y en ti que eres mi mensajero está puesta mi confianza".
Cuando Juan Diego llegó al palacio del Obispo, después de mucho esperar logró verlo. Primero le contó todo lo que había visto y oído, y cuando terminó su relato le dijo: "Aquí tienes las flores, hazme el favor de recibirlas".
Juan Diego comenzó a abrir su manto y a sacar las flores. Allí mismo comenzó a ver que la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe se había quedado grabada en su manto. Ella se había estampado en la tilma de Juan Diego en la misma forma y figura en que está hoy en su casita de México.
En el año de 1531, a los pocos días del mes de Diciembre, había en México un indígena llamado Juan Diego. Juan Diego iba caminando, cuando al pasar por un cerro llamado Tepeyac escuchó que lo llamaban:
"Juanito, Juan Dieguito". Este subió a la cumbre del cerro y, cuando llegó, mucho se admiró de una mujer vestida de sol, que lo llamó para que fuera bien cerquita de ella y le descubrió su voluntad.
"Sabe Juan Diego que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive. Mucho quiero que se me construya una casita para mostrar a mi hijo y para darlo a todos los hombres que me invoquen. Porque yo en verdad soy vuestra madre compasiva. Para cumplir mi deseo ve al palacio del Obispo de México y dile cómo yo personalmente, yo que soy la Madre de Dios te envío".
Juan Diego fue directo al palacio del Obispo, Don Fray Juan de Zumárraga, pero aunque éste lo recibió, no creyó en su palabra y le mandó que volviera al día siguiente.
El Domingo, después de oír Misa, fue nuevamente Juan Diego al palacio del Obispo. En este segundo encuentro muchas cosas le preguntó y para estar seguro de que se trataba de la Madre de Dios, le pidió una señal.
Juan Diego le dio la respuesta del Obispo a la Virgen, quien le mandó volver al día siguiente. Pero el lunes ya no pudo regresar, porque encontró en su casa que su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo, para morir. Se quedó todo el día con él y el día martes 12 de Diciembre, cuando todavía era de noche, salió Juan Diego a México a buscar un sacerdote que preparara a su tío para la muerte. Cuando estaba cerca del cerro pensó: "Si voy por el mismo camino la Madre de Dios me detendrá para que lleve su señal. Que primero nos deje nuestro dolor, nuestra aflicción". Y dio la vuelta por el otro lado del cerro. Pero la Virgen María que a todas partes está mirando salió a su encuentro y le dijo: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?"
"Mi niña, mi jovencita, voy a México a buscar un sacerdote para un siervo tuyo, tío mío, que está muy grave. Ten un poquito de paciencia conmigo que luego volveré por la señal", respondió Juan Diego.
"Escucha Juan Diego, ponlo en tu corazón. ¿No estoy aquí yo que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa? Sabe que tu tío ya está bien, ya está curado. Ahora es muy necesario que subas a la cumbre del cerro. Allí encontrarás flores. Córtalas y tráelas a mi presencia.
Juan Diego sabía que no se daban flores en esa época del año, pero subió sin dudar y cuando llegó se encontró en el paraíso. Cortó las flores, las guardó en su manto y bajó al encuentro de la Virgen. Ella las tomó con sus santas manos y le dijo: "Estas flores son la señal que llevarás al señor Obispo. Dile que vea en ellas mi deseo, para que construya mi templo. Y sabe que mucho te voy a glorificar por tu trabajo y por tu cansancio. Y en ti que eres mi mensajero está puesta mi confianza".
Cuando Juan Diego llegó al palacio del Obispo, después de mucho esperar logró verlo. Primero le contó todo lo que había visto y oído, y cuando terminó su relato le dijo: "Aquí tienes las flores, hazme el favor de recibirlas".
Juan Diego comenzó a abrir su manto y a sacar las flores. Allí mismo comenzó a ver que la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe se había quedado grabada en su manto. Ella se había estampado en la tilma de Juan Diego en la misma forma y figura en que está hoy en su casita de México.
En el año de 1531, a los pocos días del mes de Diciembre, había en México un indígena llamado Juan Diego. Juan Diego iba caminando, cuando al pasar por un cerro llamado Tepeyac escuchó que lo llamaban:
"Juanito, Juan Dieguito". Este subió a la cumbre del cerro y, cuando llegó, mucho se admiró de una mujer vestida de sol, que lo llamó para que fuera bien cerquita de ella y le descubrió su voluntad.
"Sabe Juan Diego que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive. Mucho quiero que se me construya una casita para mostrar a mi hijo y para darlo a todos los hombres que me invoquen. Porque yo en verdad soy vuestra madre compasiva. Para cumplir mi deseo ve al palacio del Obispo de México y dile cómo yo personalmente, yo que soy la Madre de Dios te envío".
Juan Diego fue directo al palacio del Obispo, Don Fray Juan de Zumárraga, pero aunque éste lo recibió, no creyó en su palabra y le mandó que volviera al día siguiente.
El Domingo, después de oír Misa, fue nuevamente Juan Diego al palacio del Obispo. En este segundo encuentro muchas cosas le preguntó y para estar seguro de que se trataba de la Madre de Dios, le pidió una señal.
Juan Diego le dio la respuesta del Obispo a la Virgen, quien le mandó volver al día siguiente. Pero el lunes ya no pudo regresar, porque encontró en su casa que su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo, para morir. Se quedó todo el día con él y el día martes 12 de Diciembre, cuando todavía era de noche, salió Juan Diego a México a buscar un sacerdote que preparara a su tío para la muerte. Cuando estaba cerca del cerro pensó: "Si voy por el mismo camino la Madre de Dios me detendrá para que lleve su señal. Que primero nos deje nuestro dolor, nuestra aflicción". Y dio la vuelta por el otro lado del cerro. Pero la Virgen María que a todas partes está mirando salió a su encuentro y le dijo: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?"
"Mi niña, mi jovencita, voy a México a buscar un sacerdote para un siervo tuyo, tío mío, que está muy grave. Ten un poquito de paciencia conmigo que luego volveré por la señal", respondió Juan Diego.
"Escucha Juan Diego, ponlo en tu corazón. ¿No estoy aquí yo que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa? Sabe que tu tío ya está bien, ya está curado. Ahora es muy necesario que subas a la cumbre del cerro. Allí encontrarás flores. Córtalas y tráelas a mi presencia.
Juan Diego sabía que no se daban flores en esa época del año, pero subió sin dudar y cuando llegó se encontró en el paraíso. Cortó las flores, las guardó en su manto y bajó al encuentro de la Virgen. Ella las tomó con sus santas manos y le dijo: "Estas flores son la señal que llevarás al señor Obispo. Dile que vea en ellas mi deseo, para que construya mi templo. Y sabe que mucho te voy a glorificar por tu trabajo y por tu cansancio. Y en ti que eres mi mensajero está puesta mi confianza".
Cuando Juan Diego llegó al palacio del Obispo, después de mucho esperar logró verlo. Primero le contó todo lo que había visto y oído, y cuando terminó su relato le dijo: "Aquí tienes las flores, hazme el favor de recibirlas".
Juan Diego comenzó a abrir su manto y a sacar las flores. Allí mismo comenzó a ver que la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe se había quedado grabada en su manto. Ella se había estampado en la tilma de Juan Diego en la misma forma y figura en que está hoy en su casita de México.
En el año de 1531, a los pocos días del mes de Diciembre, había en México un indígena llamado Juan Diego. Juan Diego iba caminando, cuando al pasar por un cerro llamado Tepeyac escuchó que lo llamaban:
"Juanito, Juan Dieguito". Este subió a la cumbre del cerro y, cuando llegó, mucho se admiró de una mujer vestida de sol, que lo llamó para que fuera bien cerquita de ella y le descubrió su voluntad.
"Sabe Juan Diego que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive. Mucho quiero que se me construya una casita para mostrar a mi hijo y para darlo a todos los hombres que me invoquen. Porque yo en verdad soy vuestra madre compasiva. Para cumplir mi deseo ve al palacio del Obispo de México y dile cómo yo personalmente, yo que soy la Madre de Dios te envío".
Juan Diego fue directo al palacio del Obispo, Don Fray Juan de Zumárraga, pero aunque éste lo recibió, no creyó en su palabra y le mandó que volviera al día siguiente.
El Domingo, después de oír Misa, fue nuevamente Juan Diego al palacio del Obispo. En este segundo encuentro muchas cosas le preguntó y para estar seguro de que se trataba de la Madre de Dios, le pidió una señal.
Juan Diego le dio la respuesta del Obispo a la Virgen, quien le mandó volver al día siguiente. Pero el lunes ya no pudo regresar, porque encontró en su casa que su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo, para morir. Se quedó todo el día con él y el día martes 12 de Diciembre, cuando todavía era de noche, salió Juan Diego a México a buscar un sacerdote que preparara a su tío para la muerte. Cuando estaba cerca del cerro pensó: "Si voy por el mismo camino la Madre de Dios me detendrá para que lleve su señal. Que primero nos deje nuestro dolor, nuestra aflicción". Y dio la vuelta por el otro lado del cerro. Pero la Virgen María que a todas partes está mirando salió a su encuentro y le dijo: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?"
"Mi niña, mi jovencita, voy a México a buscar un sacerdote para un siervo tuyo, tío mío, que está muy grave. Ten un poquito de paciencia conmigo que luego volveré por la señal", respondió Juan Diego.
"Escucha Juan Diego, ponlo en tu corazón. ¿No estoy aquí yo que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa? Sabe que tu tío ya está bien, ya está curado. Ahora es muy necesario que subas a la cumbre del cerro. Allí encontrarás flores. Córtalas y tráelas a mi presencia.
Juan Diego sabía que no se daban flores en esa época del año, pero subió sin dudar y cuando llegó se encontró en el paraíso. Cortó las flores, las guardó en su manto y bajó al encuentro de la Virgen. Ella las tomó con sus santas manos y le dijo: "Estas flores son la señal que llevarás al señor Obispo. Dile que vea en ellas mi deseo, para que construya mi templo. Y sabe que mucho te voy a glorificar por tu trabajo y por tu cansancio. Y en ti que eres mi mensajero está puesta mi confianza".
Cuando Juan Diego llegó al palacio del Obispo, después de mucho esperar logró verlo. Primero le contó todo lo que había visto y oído, y cuando terminó su relato le dijo: "Aquí tienes las flores, hazme el favor de recibirlas".
Juan Diego comenzó a abrir su manto y a sacar las flores. Allí mismo comenzó a ver que la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe se había quedado grabada en su manto. Ella se había estampado en la tilma de Juan Diego en la misma forma y figura en que está hoy en su casita de México.
ORACIONES DEL ROSARIO =)
miércoles, 29 de abril de 2009
Poemas a la Virgen Marìa
Abrázame tú María;
Bendice mi pensamiento,
En tu seno virginal,
Protégeme de las cosas
Dame tu virtud que ostenta
Obra en ti el corazón,
No das más tregua al fruto de la ciencia,
Es el árbol de la vida el que reclamas,
Nadie se sometió con tal premura,
María era muy joven cuando dio a luz a Jesús :)
María fue desposada con José, y cuando descubrió que ya estaba embarazada, que iba a pasar lejos de su casa antes que nadie se enteró.
Ángeles estaban ocupados en ese momento ... mientras que José estaba pensando en cómo hacer el traslado, un ángel apareció en sueños José! Le dijo no tener miedo de tomar a María como su esposa.
Es el comienzo de una emocionante, ya veces aterradora experiencia para ambos!
María finalmente dio a luz al bebé Jesús en un pueblo llamado Belén. Ella planteó el Niño Jesús hasta que Él pasó a ser un hombre, y se quedó con él todo el camino hasta la cruz en la que fue crucificado.
miércoles, 22 de abril de 2009
canciones a María :)
Me miro a los ojos,
entre tanto llanto, parece mentira,
que te hayan clavado,
que seas el pequeño
que lloró a mi lado y que se dormía
estando entre mis brazos,
y que se reía al mirar el Cielo,
y cuando rezaba se ponía serio.
Sobre el madero de nogal pequeño,
entre los doctores
se hallaba en el templo,
cuando pregunté
respondió con calma,
que de los asuntos
de Dios se trataba,
ese mismo niño
que hoy está en la Cruz
el Dios de los hombres
se llama Jesús.
Ese mismo hombre
ya no era un niño, en aquella boda
le pedí más vino, le dio de comer
a un millar de gente
a pobres y enfermos
les miró de frente,
y que se reía con quienes más quiso,
y lloró en silencio al morir su amigo.
Y ya cae la tarde,
se nublan los cielos,
pronto volverás
a tu Padre eterno,
duérmete pequeño,
duérmete mi niño,
yo ya te entregado todo mi cariño,
como en Nazaret aquella mañana,
he aquí tu sierva, he aquí tu esclava.
Mientras recorres la vida
tú nunca sólo estas,
contigo por el camino,
Santa María va.
VEN CON NOSOTROS AL CAMINAR,
SANTA MARÍA, VEN (2)
Aunque te digan algunos
que nada puede cambiar,
lucha por un mundo nuevo
lucha por la verdad.
Si por el mundo los hombres
sin conocerse van,
no niegues nunca tu mano
al que contigo está.
Aunque parezcan tus pasos
inútil caminar,
tú vas haciendo camino,
otro lo seguirá.
Dulce Madre no te alejes,
tu vista de mí no apartes,
ven conmigo a todas partes
y solo nunca me dejes.
Ya que me proteges tanto,
como verdadera Madre,
haz que me bendiga el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo.
Dulce Madre, no me dejes,
y llévame a Él (2) Amén.
lunes, 20 de abril de 2009
ORACIONES A LA VIRGEN MARÍA
Bendíceme Madre,
Ruega por mi sin cesar,
Aleja de mi hoy y siempre el pecado.
Si tropiezotiende tu mano hacia mi,
Si cien veces caigo, cien veces
Levántame,
Si yo te olvido, tú no te olvides de mí.
En los peligros del mundo asísteme,
Quiero vivir y morir bajo tu manto
Quiero que mi vida te haga sonreír
Mírame con compasión, no me dejes
madre mía.
Al fin sal a recibirme y llévame junto a
ti.
Tu bendición me acompañe hoy y
siempre.
Amén
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.
A Ti celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día,
alma vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes,
Madre mía.
Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios,
no desprecies nuestras súplicas en las necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa
y bendita.
Amén.
miércoles, 15 de abril de 2009
HISTORIA DE LA VIRGEN MARIA
En el evangelio según san Mateo se la menciona con motivo de la narración de la concepción milagrosa de Jesús y de su nacimiento y huida a Egipto. Aquí el evangelista menciona que es María aquella de quien habló el profeta Isaías al decir: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros".
En el evangelio según san Juan, Jesús hace su primer milagro a pedido de ella, en Caná. Y en la cruz, la entrega como madre a san Juan mismo, y san Juan es entregado a María como hijo.
Matrimonio de María
Los evangelios hacen aparecer a María cuando narran la concepción de Jesús. Según lo que narran se puede ver que María en ese momento era prometida de José de Nazaret, quien era carpintero